Una historia terrible se generó alrededor de Julia Derbyshire, quien murió en octubre de 2015, en Warrington, Reino Unido. Tenía 16 años y era una más de las tantas víctimas de bullying. Padecía un drama a diario. A cada hora. Sumergida en la desesperación intentó suicidarse, ahorcándose. No lo logró y, en lugar de morir, quedó en estado crítico. Sólo sobrevivía conectada a una máquina durante algunos días. Fue su padre, Adrian Derbyshire, quien la encontró inconsciente en su hogar. Le realizó tareas de resucitación pero no fue suficiente. La llevó de urgencia al hospital, creyendo que quizás podría aferrarse al último hilo de vida que le quedaba. Cinco días después fue también quien debió tomar la decisión más injusta y dramática: decirle adiós para siempre y desconectarla.

Antes de hacerlo, durante su agonía, tomó lo que serían las últimas fotografías de su hija. Quería registrar ese momento en el que la frustración por no haber podido hacer algo más lo atormentaba. Julia estaba allí, a su lado, tendida en su cama hospitalaria, con la cabeza inmovilizada y dos tubos de oxígeno, por nariz y boca, proporcionándole el aire que sus pulmones no podían capturar.

Dos años después, Adrián -quien es medallista paraolímpico y se convirtió en un luchador contra el acoso online- decidió publicar las fotos que grafican cómo estaba Julia en su último lecho. "En su cumpleaños 18 y para alertar estoy publicando fotos de Julia minutos antes de que muriera", escribió el hombre en su perfil de Facebook. "En lugar de abrir un champagne por su cumpleaños, debo poner flores en su tumba", se lamentó. "Debemos continuar poniéndole fin al estigma que provoca el bullying", publicó Adrián.

Era la primera vez que volvía a ver a su hija en aquellas desgarradoras imágenes. "Me destruye, pero siento que necesitamos hacer esto para aumentar las alarmas, así nadie tiene que atravesar por lo que tuvimos que soportar", fue su mensaje. "Esta historia devastadora de una hermosa joven que se había rendido a sí misma y a la vida debido a otros necesita ser escuchada", añadió.

Respuestas positivas

Como cientos de miles de adolescentes, Julia era víctima del acoso online. Su padre intentó rescatarla de ese mundo de oscuridad, promoviéndola a realizar otras actividades y apartarse de lo que la estaba enloqueciendo. Pero nunca supo que además, también visitaba sitios en los cuales se alentaba a los menores a cometer suicidio. Adrian busca que las imágenes, impactantes, creen conciencia. "Si las fotos pueden ayudar a los padres o a las familias a no pasar por lo que yo pasé, entonces para eso es la campaña". "La respuesta fue muy positiva. Recibí mensajes de familias que perdieron a sus hijos adolescentes y agradecieron por publicar las fotografías. también muestra cuán desesperante es el asunto y cuánto se necesitan las campañas que hago", concluyó.