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Dos pistas que hacen alimentar las peores sospechas. Los mismos perros que hallaron a Araceli Fulles encontraron una cadena con un dije con la letra D y un pañuelo con manchas que podrían ser de sangre.

Ambos elementos serán peritados para saber si corresponden a Daiana Garnica, la joven desaparecida hace 16 días en la ciudad tucumana de Alderetes. En tanto, el fiscal tucumano Claudio Bonari pidió a la Justicia que dicte la prisión preventiva de tres hombres detenidos por el hecho.

El pedido del fiscal apunta a Darío Suárez, de 40 años, quien el sábado 6 de mayo invitó a Garnica a acompañarlo a comprar un aire acondicionado; a su compañero de trabajo en una ladrillera Fabián “Sapo” Pacheco, y al dueño de la fábrica, Juan Mátar.

En tanto, el gobierno provincial emitió un decreto para ofrecer una recompensa de 50.000 pesos por datos certeros para quien pueda aportar pistas sobre el paradero de la adolescente. El pedido de prisión preventiva será resuelto por la justicia de instrucción, posiblemente esta semana.

A la vez que el fiscal busca avanzar en la investigación sobre los doce detenidos, todos vinculados familiar o laboralmente a Suárez, en la planta donde se fabrican ladrillos continuaban los rastrillajes ante la hipótesis de que la menor de edad haya sido asesinada y sus restos incinerados en los hornos del lugar.

Asimismo, el fiscal Bonari pidió que se realicen pericias psicológicas a Suárez para realizar un perfi l de su personalidad, dado que fue acusado por maltratos y robo por algunas de sus cuñadas y recibió duras críticas por parte de los padres de Garnica, que lo consideraban “un amigo” pero desde la desaparición de su hija apuntaron todas sus sospechas hacia él.

De acuerdo con los investigadores, Suárez invitó con mensajes por teléfono celular a Garnica a acompañarlo al centro de San Miguel de Tucumán para comprarle un aire acondicionado de regalo a su esposa y le pidió que no se lo contara a nadie, bajo la excusa de que se trataba de una sorpresa.

Sin embargo, la adolescente le avisó a su madre y el sábado por la noche, cuando los padres de Garnica vieron de regreso a Suárez en el barrio sin su hija, lo increparon en forma vehemente, pero nunca lograron que les dijera dónde estaba la adolescente.