Viernes 29 de Marzo de 2024

10 de marzo de 2018

Kim Jong-un y Trump estarán cara a cara

La reunión cumbre sería en mayo. Es parte del proceso de paz que se inició para Corea del Norte y del Sur. 

E l encuentro más esperado se hará realidad. Los presidentes de Corea del Norte y de

Estados Unidos

mantendrán un encuentro cara a cara. ¿Los insultos y las amenazas de una guerra nuclear quedarán en el pasado? La invitación fue cursada por

Kim Jong-un

a través de una carta que entregó una delegación de Corea del Sur que visitó ayer la Casa Blanca, tras los encuentros que mantuvieron altos funcionarios de las dos Coreas en los últimos días. De esta manera, el proceso de paz que se esbozó para la península podría incluir al gobierno yanqui.

Según revelaron fuentes de Seúl, la intención de Kim es que la reunión con

Donald Trump

se dé antes de que termine mayo próximo, aunque no brindaron ninguna precisión sobre el lugar en el que podría concretarse la esperada cumbre. Tras conocerse la noticia de la invitación, se aguardaba con ansiedad la respuesta estadounidense, que finalmente llegó en horas de la noche.

También fue la delegación surcoreana la encargada de revelar que el magnate republicano había aceptado la propuesta de quien fue, hasta no hace mucho, uno de sus principales archienemigos, lo que fue ratificado por la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, que agregó: "El presidente Trump aceptará la invitación para encontrarse con

Kim Jong-un

en un lugar y fecha a determinar".

Sin embargo, la vocera aclaró que "mientras tanto, todas las sanciones y la máxima presión continuarán" en busca del fin del programa nuclear de Pionyang. En ese sentido, la propia Corea del Norte dio el primer paso. El consejero de seguridad nacional surcoreano, Chung Eui-yong, anticipó este jueves que el gobierno de Pionyang está dispuesto a unirse a un plan de desnuclearización permanente. Por lo tanto, agregó, se abstendrá de realizar pruebas nucleares.

De esta manera, todas las partes dieron un paso importante en la búsqueda de una solución pacífica a un conflicto que lleva décadas y que, el año pasado, debido a las bravuconadas de Kim y de Trump, amenazó con desatar un conflicto atómico de proporciones incalculables.



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