Viernes 19 de Abril de 2024

25 de julio de 2018

Drama: criaron a bebé durante dos años y la Justicia no los deja adoptar

Desesperados, Alejandra y Javier luchan, en Neuquén, para ser reconocidos como los padres legales de Alexis, un menor que llegó a sus vidas en 2016.

El bebé llegó a sus vidas con menos de cinco meses y las secuelas de una neumonía. Con el paso del tiempo, se convirtió en un chiquito despierto y charlatán que los llama mamá y papá, y que salta corriendo del auto para abrazar a sus hermanos mayores (Natalia y Gabriel) a la salida de la escuela.

Para el corazón de la familia Machaique Gil, de Rincón de los Sauces, Alexis es uno más. Pero para la

Justicia

, una serie de obstáculos legales niega esa realidad.

Alejandra dice que no se acuerda de un punto de inflexión en su relación con el pequeño Alexis, que ahora tiene dos años y nueve meses. Quizás porque desde el primer día lo sintió como un hijo más, o quizás porque su cariño fue creciendo de una manera sutil hasta convertir su lazo en un vínculo inquebrantable.

"Yo tengo otro hijo que tiene trastornos en el lenguaje por un retraso madurativo y Alexis le está enseñando a decir palabras, le está enseñando a contar, a nombrar los animales y Gabriel antes no podía decir nada, pero con la ayuda de su hermano lo está logrando", añadió.

También contó que su hija mayor de 13 años tiene adoración por su hermano, como también su marido, su hermana y su padre, que lo visita diariamente, con quienes generó vínculos muy fuertes para ser cortados de manera intempestiva, según publica el sitio lmneuquen.com.

Contexto

La historia comenzó en 2016, cuando el petrolero Javier Machaique y su esposa charlaron con sus hijos la posibilidad de convertirse en una familia solidaria, una figura legal que existe en Neuquén para resguardar a niños vulnerables de manera transitoria hasta que se revinculen con su familia biológica o encuentren un adoptante. Realizaron dos entrevistas psicológicas pero nunca llegaron a completar los papeles, porque tres días después del último encuentro les pidieron que buscaran al pequeño Alexis de manera urgente en el hospital.

Aunque la pareja participó activamente del proceso de revinculación, el plazo de seis meses se extendió. Según explicó la abogada de la familia, Marina Briongos, la mamá biológica faltaba a algunas citas, por lo que fracasó el proceso de retomar el vínculo. Así, pasaron 20 meses en los que la relación de la familia con el chiquito se fortaleció, por lo que decidieron adoptarlo.

"Hicimos una primera presentación ante el juez, pero rechazaron el pedido porque no estábamos inscriptos en el RUA (Registro Único de Adopción)", explicó Alejandra y aclaró que optaron por anotarse al siguiente llamado. Sin embargo, la

Justicia

no aceptó su inscripción porque en ese registro no se acepta a las familias solidarias.

"Ellos legalmente tampoco están anotados como familia solidaria, porque no presentaron todos los papeles, pero la

Justicia

entiende que no pueden inscribirse en el RUA si tienen un menor en guarda", sostuvo Briongos. Así, una serie de requisitos formales podría separar al pequeño de la familia que lo acoge desde hace 20 meses.

La nueva esperanza es presentar un recurso federal para que la Corte Suprema falle con respecto al caso y permita que los cinco puedan seguir viviendo juntos en su casa de Rincón.

Por esto, Javier dio a conocer en las redes sociales el problema familiar que padecen por culpa de la justicia neuquina.

El sincero reclamo de toda una familia:

"Soy Javier, tengo 44 años y vivo en Rincón de los Sauces, provincia de Neuquén. Hace unos años junto con mi esposa Alejandra y mis dos hijos Gabriel y Nati, decidimos formar parte del programa de familias solidarias.

En ese momento no teníamos intención de adoptar a ningún niño y de hecho nunca nos habíamos inscripto en el Registro de Adopción de la Provincia. Sin embargo, nos parecía que podíamos colaborar como familia en una situación transitoria de emergencia de algún niñito que lo necesitara.

En marzo de 2016, después de algunas entrevistas con profesionales de la Secretaria de Niñez de la ciudad, recibimos en nuestro hogar a ALE, un bebito de casi 5 meses de vida, cuya guarda provisoria nos fue otorgada por el Juez de Familia de Rincón de los Sauces, debido a una situación familiar muy difícil y complicada que lo ponía en riesgo.

Nos dijeron que sería algo provisorio, por 3 ó 6 meses máximo, hasta que pudiera volver con su mamá, o le encontraran una familia para adoptarlo.

Sin embargo, el tiempo pasó y no ocurrió ni una cosa ni la otra.

Durante todo este tiempo (2 años y medio) Ale pasó a ser un hijo más, un hermanito más, un nieto más, un sobrino más, de nuestra gran familia.
 

Hoy Ale tiene casi 3 añitos y sentimos que nos hemos elegido mutuamente.

Por esa razón, y como el vínculo se hizo permanente, en diciembre de 2017 presentamos al mismo Juez que nos había dado la guarda, el pedido de adopción de Ale.

Para nuestra sorpresa, y sin tener en cuenta las evaluaciones de las profesionales del Municipio, el Juez rechazó el pedido directamente por dos razones formales: 1°) que no estamos inscriptos en el Registro Único de adopción (RUA) y 2°) que por ser familias solidarias no podemos aspirar a adoptar a ale, porque la guarda que tenemos supuestamente es de carácter provisoria.

Desesperados y por miedo de perder a Ale, apelamos la sentencia y, sin siquiera entrevistarnos a nosotros ni al niño, volvieron a fallar en contra por los mismos motivos.

No les importó que para entonces, Ale ya había pasado más de dos años con nosotros y que No le habían podido encontrar una solución mejor.

Mientras, en Abril de 2018 para cumplir con los requisitos formales que nos exigían, también presentamos los papeles para anotarnos en el Registro de adopción. Informamos que teníamos a Ale en guarda provisoria. Nos fijaron entrevistas psicológicas, pero una semana antes de ir, nos avisan que nos rechazan la inscripción porque no podíamos anotarnos en el registro si teníamos un niño bajo guarda. ¡Que contradicción!

Por último y desesperados planteamos el caso ante el Tribunal Superior de

Justicia

de Neuquén, diciendo que por el paso del tiempo, el niño formó vínculos muy fuertes de amor con nosotros, nuestros hijos, padres, hermanos y sobrinos, y hoy es un miembro más de la familia y que negarnos el derecho a adoptarlo es no respetar su derecho a gozar de una familia ni su interés superior, como tanto mandan las leyes y la Convención Internacional sobre los derechos del niño.

Para nuestra sorpresa y desesperación, la

Justicia

una vez más nos dio la espalda y rechazó el planteo. Ya nos quedan pocas posibilidades legales para pedir por el derecho de Ale a quedarse con nosotros y tememos que nos separen.

Por eso queremos contarles esta historia para lograr el apoyo general y que quienes tengan que tomar la próxima decisión en este caso, tengan en cuenta el interés superior de ale y el daño terrible que le provocará que nos separen, para mandarlo a otra familia sustituta o a una institución de menores".



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