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El arzobispo porteño, Mario Poli, advirtió este de jueves por la mañana que “la inequidad genera violencias” y señaló que, a pesar de que “las estadísticas veraces son muy buenas, los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo”.

“La solución a nuestros desafíos internos, algunos estadistas lo llaman deuda social interna, depende prioritariamente de nosotros”, expresó el cardenal primado de la Argentina.

Además, advirtió que “es conveniente volver a confiar y apostar a las reservas culturales, morales y espirituales de nuestro pueblo, así como también a su capacidad de trabajo e ingenio científico que, unido a la perseverancia en las pruebas, le ha permitido sobreponerse a tantas promesas inclumplidas, fracasos y postergaciones”.

En la homilía por el aniversario número 207 de la Revolución de Mayo, Poli afirmó que “no existe realidad humana y social que no pueda ser redimida, cambiada para bien”.

“Dejémonos interpelar por la realidad humana que vivimos. Muchos pueden pensar que no hay motivo para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna”, remarcó. Y agregó: “Las estadísticas veraces son muy buenas porque nos advierten dónde estamos parados y nos animan a encarar soluciones. No obstante, los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo. Y eso sólo se supera por la cercanía fraterna y cordial de otro argentino”.

El arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires hizo esas alusiones a los índices de pobreza en el marco del tedeum que encabezaba ante la presencia del presidente Mauricio Macri; la primera dama, Juliana Awada; y los ministros del Gabinete nacional.

Por último, Poli advirtió que “muchos pueden pensar que no hay motivo para fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado”, planteó el religioso.